29/11/12

La Fuente del Tío Alicáncano

Continuamos por nuestro recorrido por las fuentes históricas de las cercanías del pueblo y en éste caso nos dirigimos a la conocida popularmente como Fuente "del Tío Alicáncano" o "de Alicáncano". Ésta fuente fue menos utilizada y emblemática que otras que hemos reseñado, pero es igualmente hermosa e interesante, habiendo sido recientemente objeto de una restauración.

La fuente recibe su actual nombre a raíz de una de las múltiples denominaciones que ha sufrido el monte donde se encuentra; donde hoy está el parque forestal de "El Gurugú", dentro del cual está situada dicha fuente. A éste cerro también se le llamó a comienzos del siglo XX como "Cerro de Alicáncano", posiblemente haciendo referencia al apodo de uno de los propietarios que tuvo el terreno por aquella época o anteriormente. Ésta fuente surtía de agua las necesidades de guardeses de aquel lugar y de otras necesidades del terreno, como puede verse también por el estanque de almacenamiento de agua que hay a unos metros de distancia frente a ella. No obstante, al ser su acceso libre, se supone que cualquier vecino del pueblo podía hacer uso de ella también cuando lo necesitase, aunque la gente del pueblo ya tenía más asequiblemente el acceso a otras como Valdegatos, Fuentecita, etc, etc.

La fuente de Alicáncano estuvo durante décadas fuera de uso y bastante rodeada por la maleza, hasta que en 1997 se estableció el parque forestal del Gurugú y se limpió todo el terreno de éste, incluído lógicamente el entorno de la fuente, que como hemos dicho, se encuentra dentro del parque; concretamente en su límite sur, casi junto a la valla que lo rodea.
Fuente de Alicáncano y su entorno natural.

El entorno natural de la fuente es muy hermoso en tiempo de verdor, y en él podemos apreciar los pequeños montículos; las diferencias de terrenos cubiertos de hierba verde, las matas de monte bajo y el bonito contraste de los enormes troncos de pino, eucaliptos y otros árboles de la zona. En cuanto a la fuente, tiene la típica forma de las fuentes pradeñas de campo tradicionales, constando de un frontón, en éste caso curvo,  y una arqueta interior cubierta por una puertecilla, donde se acumula el agua que mana de las laderas del monte.

Juan Durán

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